jueves, 9 de agosto de 2007

Cuenta saldada

I
En el invierno de mi apartamento de la rue de Paris
yo también vi tu nombre dorado en mi mente
narcotizado por las afrinex añoré tu costa azul
y me puse bucólico como un cuadro de Mejía Vides
iluminando los chubascos de Bercy
los pastos verdes de los montes panchimalcos

II
Esta mañana en el metro de las cinco y treinta
una vieja me insultó
tuve ganas de mandarla a la mierda
(en el más perfecto de los salvadoreños)
y lo hice
Detesto el humor parisino que se sube en Châtelet
y se baja en Bobigny, en Bécon, en Balard, en Créteil

III
Entrada la tarde y con la fiebre a cuestas
Me desayuné un jambon-beurre
y recordé que era el cumpleaños de mi madre
desde el otro lado de la línea oí su voz
me sentí como un exiliado
aunque no lo era.

IV
París, me caga tu sucesión de tardes frías
En Blanche había un hombre que tocaba un sax triste
Privado del amor de esas niñas insípidas
caminé sin rumbo
como abriendo un sendero entre las lomas
que caminé de niño
allá junto a mi hermano

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