martes, 7 de agosto de 2007
Breve esbozo para una pareja tonta
Aunque enclavados en el corazón del subdesarrollo, los dos estaban cómodamente sentados en un café de talantes parisinos. Él, de unos 26 años, discurre con una verbosidad excesiva. Trata de impresionarla. Ella, de unos 22, escucha. Se limita a responder con una sonrisita tonta a las monerías de su acompañante. Sabiéndola una presa fácil, se adentra con aplomo en un insufrible soliloquio sobre la historia política estadounidense. Con su "café viennois" humeándole en las alas de la nariz, pretende ilustrarla, se zambulle en los vericuetos de la fallida invasión de Bay of Pigs (Playa Girón para los ortodoxos cubanos), el episodio de las ojivas y la apremiante retirada de Kruschev; el magnicidio de Kennedy; la supuesta homosexualidad de J. Edgar Hoover, el atentado contra Reagan, la guerra del golfo y de nuevo Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush, Clinton y Bush Jr. Cuando él termina su cadena de hitos históricos, ella, atónita, suelta unas preguntas ligeras. Tan ligeras como su conocimiento.- ¿Dónde aprendiste todo eso? ¿En una película? ¿En internet?El sustantivo “libro” no le dice nada. Es sólo una voz antigua y desusada. Un artefacto vetusto y tedioso, herencia inútil de generaciones pasadas.
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