jueves, 31 de julio de 2008

En esta precisa hora

En esta hora incierta y tremebunda
en que se bañan en aguas joviales
los ojos de los locos
en que se ceba impunemente
las bocas de la concupiscencia
en que se alza como un graznido horrible
la perfección acumulada de la crueldad
y es ríspida e ingrata la noche

En esta hora sofocante e insoportable
en que se prohíbe a la sed
el borde rebosante de las copas
en que se lanza entre anegados pantanos
la infecunda semilla de la palabra sustantiva
en que los obstinados lobos nos asaltan
con rebuscadas engañifas
y es cruda la hora del alba

En esta precisa hora
justo
en esta precisa hora
deberé defender
la magnificencia de mi pueril caballito de madera
las murallas de papel de mi castillo todo lleno de luna
la herrumbre de mi insignificante espada de latón
la sobriedad de mi peto y mi cota de mezclilla
Para que mi amor se mantenga
firme e inamovible
Como un fanal en medio de la demencia
para que tenga algo que heredar
a los hijos que vengan detrás mío

jueves, 24 de julio de 2008

Niña con paraguas

Ella juega con un paraguas
en una húmeda noche en Londres
dibuja girasoles, elipses, galaxias
esboza una sonrisa clara y grácil
no sabe que la observo
agazapado, desde otro espacio
desde un tiempo que no es el de ella

viernes, 11 de julio de 2008

Canción para la muerte de mi ayer

Entra en las profundidades de esta tierra
Descalza, sigilosa, atenta
y escucha mi grave silencio de alabastro
Mírame
soy un hombre y vengo del pasado
Herido, errante, contrahecho
Malogrado vengo
Sin reposo
Fúrico, a veces, contra la sádica sonrisa de la ofensa
Embadurnado en el viscoso castigo del recuerdo.

Mi corazón se esconde
huraño
es triste y alargado
El aguijón ardiente de la traición
lo volvió cenceño, debilucho, fino
Y al batir,
sus cuerdas suaves, rumorosas y huidizas
se escapan al viento
entre los tilos, de los cuatro majestuosos libros
de la Bibliothèque Nationale

Estoy alejado
perdiendo la cabeza en el constante cambio de las estaciones
Hablo solo
A veces veo
un gato negro
un espectro
un caballero con curiosísimo bombín
una manzana
verde, en una escarchada tarde frente al mar

La solemne grandeza de mi soledad
no tiene máculas, fisuras, desgarros
Soy un terco enano individual
Escarbo agujeros oscuros y profundos
entre las nubes abstractas de la noche inmensa
Y me escondo como un bandido
asustado, que se cobija entre sombras luminosas

Entra, pasa y quédate
aquí, serena, firme, paciente
para que compartas la guarida del fugitivo,
y me des una mano
la mano necesaria de la floración
que encienda de nuevo el pebetero
sagrado, que yace sepultado entre el hollín de mi pecho

Ven, siéntate y acomódate
entre esta locura que te observa
con ojos de curioso cervatillo
No temas al laberinto
ni a sus miles de pasillos
donde mora la silueta de Asterión
No temas al clamor del rayo
que se apacigua ya
ni a las nudosas y tenebrosas
garras de los árboles
que arañan y hacen rechinar
los techos del viento
Es solo ayer
terriblemente desdichado ayer
que suelta su último espasmo
antes de caer vencido

miércoles, 9 de julio de 2008

Dares y tomares

Se me da la memoria
con cierta contumacia
Odio el tiempo
-ese pícaro tramposo-
que pone y que quita
y que emulando el fugaz desliz de la seda
nos viste y nos desnuda

Se me hace pesada
la ligera metamorfosis del presente
He llegado hasta aquí
como todos
a un tiempo
pulido y menguado

Y soy yo sin serlo más
porque al minuto cambio
en un juego macabro
donce crezco
pero también perezco

Por eso no me deslumbran
más de lo necesario
los éxitos que se tranzan
en el toma y daca de la vida

Las mejores cosas vienen con la edad
cierto
y también se van

Romance español

¡Ah adorada Lengua mía!
casi había olvidado
lo mucho que me gusta seducirte
y sentir tu firme sintaxis
volverse trémula y maleable
bajo el desmaño de mis plumas

Hacía falta reencontrarte
amante fiel de palabras exactas
y perderme así
como un herrero bisoño
que se acerca a tu fuego por primera vez

Precisaba susurrarte, medirte y acariciarte
volverme loco en tus vericuetos
de centenaria gramática
en tus ensortijadas delicias
de intrincada fonética

Se hacía urgente entrar en ti
con un redoble de tambores
de frescas aliteraciones
y que temblaras
te conmovieras
y me regalaras
-vencidas por fin todas tus barreras-
un racimo de versos ronroneantes.

Once

Juegas
niño de arrabal
prodigio de las polvaredas y las pelotas de trapo
guía de los destinos de maromas imposibles
caprichoso ambidiestro
saltimbanqui sideral que pisó nuestros potreros
para deleitarnos con trucos de chistera

¡Ah! ¡Descocado genio!
incomprensible artista
talento malogrado que
te daba igual la victoria que la derrota
siempre y cuando los dados
cayeran del lado de la divierta

Esa esquiva que se esconde tantas veces
tras el ruedo de los resultados
tras las faldas de los ganes insulsos
y que vos con toquecitos de magia cósmica
desnudaste concienzudo
en los confines de las canchas

Porque no hubo mayor premisa en tu vida
que correr tras ella
Descarado socio de la fiesta
díscolo noctívago
endiablado velocista de las calles
donde encontrabas servidos
el vinito, el pescao y el tablao

Amante diurno de las almohadas
crónico desertor de los entrenos
que con poco te alcanzaba
para la efusiva pañolada

Joven matador
¡Indio, loco!
!andaluz, gitano!
Qué importa que amanezcás
otra vez bailando frente al mar
si un domingo sí
y otro también
pusiste en libertad
los gritos enardecidos
de las gradas.