martes, 18 de agosto de 2009

Postal de la línea L

Tómate tu tiempo
para deshojar tu libro
princesa yuppie de Union Square
Y desparrama tu universal
toda tu inaprensible indolencia
sobre todos los que poblamos
este metro de las 5:30

jueves, 21 de mayo de 2009

Obra cortísima en una sola escena

Al gobierno de Guatemala, y a todos los que siguen su ejemplo

Dijo el gobierno:
“será revisada tu correspondencia
analizaremos tus incursiones tecnológicas
y, a la vieja usanza, serás perseguido
por cualquier desmán
por la mínima afrenta
Infiltraremos tus redes
escucharemos tus pláticas
tendremos siempre un ojo vigilante
y los brazos atentos
para maniatar
encerrar
desaparecer
y aplacar
la más alérgica
y la más airada de tus reacciones
Confeccionaremos, por supuesto,
delitos a la medida
para que parezca real
la ficción democrática
hasta dejaremos que hablen los medios
y los jueces
algún abogado defensor
Permitiremos quizás una que otra marcha
que para eso está y ya se sabe
la compra de voluntades
traer gente del interior
que a cambio de unas monedas
y un refresco
entone vítores en mi nombre
Podrás esconderte en la masa
uno
dos días
pero como siempre
te encontraremos
Afortunadamente
no hemos olvidado la vieja escuela
el acecho
la intimidación selectiva
el debilitamiento paulatino de la estéril disidencia”

Y dijo el pueblo
después de un meditado silencio
el único y más sólido de sus argumentos:
“no importa cuánto hagas
tampoco nosotros hemos olvidado
la palabra resistencia”.

Amor, infinito amor... y doloroso también

A Benedetti

Dijeron que te moriste
de un colapso intestinal
o de algo así
Mirá vos qué patrañas
Si te moriste
si en verdad te moriste
será de amor
De ese amor desgarrador y doloroso
por los hombres
que nos empeñamos
en seguir haciéndolo todo mal

martes, 19 de mayo de 2009

Dichosa tristeza

Estoy feliz
Ha vuelto a anidar en mí
como un ave en un destartalado campanario
la tristeza
Esa tristeza estacionaria
que me hace escribir como un loco desaforado

Incierto sentido

No sé si deba salir
afuera cae la estúpida lluvia de siempre
No sé si quiera quedarme
adentro sigue idéntica la insufrible soledad
No son fáciles las decisiones
Nunca lo fueron
Ni lo son ahora
justo cuando uno comienza a envejecer
Entonces se empeora
Uno se vuelve complicado
dubitativo
cruzado por contradicciones
y miedos
Y, claro, ya lo sé
tendría que pensar menos
dejarme llevar
Irme, a lo mejor, y sin prisas
directo al Bahamas
calentarme el gaznate con un agua tónica y un toque de gin
contagiarme del danzón
bailar al ritmo de un foxtró aunque suene un calypso
y volver a casa
con el alma tambaleando sobre el filo del alba
O quizá mejor sería
manejar hasta El Caribe
lanzarme boca arriba sobre la arena
so pena de que un coco reviente mi cabeza
escuchar las aves y los ruidos de la selva
enviar mensajes embotellados
para ver si alguien allá mar adentro responde
y me dice, que con tantas dudas
lo mejor habría sido quedarme guardado
Tomar un libro o dos
y ojearlos
preparar un té de camomilas
y pensar, antes de dormir
en cómo hoy
a diferencia de ayer
mis escasas certezas
ya no me alcanzan
ni para estar seguro de mi incertidumbre

sábado, 16 de mayo de 2009

Los pájaros

Marchaos pues pájaros mañaneros
Marchaos
¿No es acaso grande la ciudad?
¿Debidamente amplias las avenidas?
Numerosos son los árboles
Llenos de recovecos, sus troncos viejos
Tampoco escasean los campanarios
ni son pocos los desgastados techos
repletos de emplastos
Abundan, amigos míos, las cabezas
de laureados monumentos
donde podéis depositar vuestras tempraneras caquitas
Y los balcones, y las salientes, y las cornisas
de los grandes edificios
donde podéis entregaros a vuestros sonoros devaneos
Si los preferís hay también antenas
cables, postes, verjas, dinteles
pequeños arbustos, jardines,
huecos en los muros de piedra
Y si miráis, y prestáis atención
veréis allá, en las plazas
cómo abren ya las panaderías.
Volad pues por vuestras primeras migas
Id y desplegad vuestras alas
entre las hojas tiernas de la primavera
Sortead , eso sí, a los peatones
y no os olvidéis de alegrarle el día a los viejitos
a algún ferviente madrugador
de pasos presurosos
Anunciad el alba a los virtuosos
de empeñados corazones
que luchan día a día
contra la fatiga
de despertarse
¡Pero de prisa!
privadme de vuestra presencia
de vuestra barahúnda
Alejaos de mi ventana y de mi techo
Que cese vuestro estertor
Devolvedme la solemnidad de mi silencio
Que a falta de algo mejor
He vuelto a casa otra vez
trasnochado
borracho
perdido