jueves, 2 de octubre de 2008

Para bien sobreponerse de un ataque

Relámete tú ahora
terco animal de estragada sangre
patético bribón que me atacó sobre el Puente de las Artes
y brindó con vino robado
por el fugaz deleite de esa noche

Y tú, también
acreditado raterito
todo escudado en sombras
que a hurtadillas deambuló por mi casa
y luego vendió mis bienes como baratijas
en alguna feria de paso

Cuando el tiempo venga
que la asmática risa de las hienas circundantes
pase a fuego y sangre vuestros desazonados sollozos
que en la antesala de los paladares
la angustia sepa a más que angustia
y que en la escudilla de los buitres
no quede ni el más mínimo rastro
de los gritos desollados

No seré yo el que dé inicio
a la ronda de indulgencias
Antes bien os adornaré con preciosos sambenitos
de esos que prenden esbeltas y destellantes hogueras
Y alzaré mi copa, una sonrisa en el rostro
feliz al fin
de continuar en pie

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