Ana,
guarda de la sonrisa del tiempo
celosa cebadora del mate
frágil pajarillo de alas huidizas
vienes montada en una brisa de diciembre
destellando chispas
como una brizna de trigo maduro
como una luz azul
escapada de las tierras
de entre el Paraná y el Uruguay
Y así, tibia,
alivias mi día porteño
como un chorrito de vino joven
como un perfume de precioso sándalo.
Buenos Aires- San Salvador
jueves, 31 de enero de 2008
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